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jueves, mayo 19, 2016

Esfuérzate y sé valiente

“Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes. Porque yo, tu Señor y Dios estaré contigo dondequiera que vayas”. (Josué 1:9)

Cuando Moisés murió, Dios eligió a Josué para que guiara a su pueblo a la tierra prometida. Pero antes le dio una promesa de bendición, que le daría toda la tierra donde ellos pusieran sus pies. Le prometió que nadie lo derrotaría y que lo cuidaría como cuidó de Moisés. Sin embargo lo manda a que tenga valor y firmeza. Y es que cuando hacemos la voluntad de Dios, ÉL nos manda a que seamos valientes, pues nos ha capacitado para cumplir con el propósito por el cual que hemos sido creados.

En el versículo 7 y  8 El Señor le dice: “Lo único que te pido es que tengas mucho valor y firmeza, y que cumplas toda la ley que mi siervo Moisés te dio. Cúmplela al pie de la letra para que te vaya bien en todo lo que hagas. Repite siempre lo que dice el libro de la ley de Dios, y medita en el de día y de noche, para que hagas siempre lo que este ordena. Así todo lo que hagas te saldrá bien.”

El Señor nos manda a que conozcamos de su palabra. ÉL es un Dios de orden y por esa razón estableció  las leyes dadas a Moisés, pues a pesar de que los Israelitas era su pueblo elegido, sabía que era un pueblo rebelde.  ÉL demanda obediencia, y por esa razón nos has dejado su palabra para que la obedezcamos y la vivamos. En el antiguo testamento todo era regido por la ley, pero Dios sabía que era imposible que la cumpliéramos por causa del pecado, y en su gran amor y misericordia envió a su hijo Jesucristo para que fuéramos redimidos por gracia a través del  sacrificio en la cruz al dar su vida por la nuestra.

En el nuevo testamento El Padre nos revela su amor por medio de su hijo Jesús  al salvarnos, pero también nos revela su voluntad en cada área de nuestras vidas. El  cuida de cada detalle en  nosotros si se lo permitimos. Su palabra es para conocerla, creerla y vivirla. No es para escucharla de vez en cuando, tenerla de adorno y creer que es mágica si la tenemos abierta, empolvándose. Es en ella donde aprendemos a conocer la voluntad del Padre. En ella encontramos todas las promesas que El Señor no has dado para una vida victoriosa.

Cuando nos manda que tengamos valor y  firmeza, es que nos esforcemos por cumplir sus mandatos y no temamos a nada ni a nadie, a pesar de los ataques, las críticas,  o los obstáculos que se nos presenten, pues es con la fe que obtendremos lo prometido.  Cuando nos hemos arrepentidos de nuestros pecados y le hemos rendido nuestro corazón a Jesús, pasamos a ser templo del Espíritu Santo y es ÉL, quien nos fortalece y nos impulsa a realizar el plan de Dios en nuestras vidas.  

“¿Acaso no saben ustedes que son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios vive en ustedes?” (1 Corintios 3:16)

Todos deseamos sentirnos realizados en la vida, saber que hemos logrado cumplir nuestros sueños, metas y propósitos. Pero no siempre es así. Muchas veces se han obtenidos logros, en lo profesional, empresarial,  familiar y social, y sin embargo no se es feliz. Otras veces la lucha es dura, aunque se trabaje duro y se espere ver la recompensa, nunca se sale de la situación difícil en que se vive. 

Cuando el tiempo pasa y las cosas no salen como esperamos y lo único que tenemos es fracaso en los negocios, desempleo, frustraciones en los trabajos, familias disfuncionales o la amistad traicionada, es cuando nos damos cuenta que algo está mal. Si tenemos todo y no somos felices o nada nos sale y estamos frustrados, hay algo que no encaja, pues uno de los frutos del Espíritu Santo es el gozo  y si no lo tenemos, quiere decir que estamos haciendo cosas fuera de la voluntad de Dios.

Es importante conocer la voluntad de Dios en nuestras vidas, de esta manera sabremos como esforzarnos para cumplirla y tener la valentía de enfrentar cualquier adversidad.   

Muchas veces tenemos que tener la valentía de renunciar a cosas o personas que impiden la bendición en nuestras vidas. Examinemos concienzudamente nuestra vida, chequeemos aquellas cosas que nos impiden avanzar y obtener los frutos de nuestros esfuerzos. Veamos cómo está nuestra relación con el Señor, si realmente lo estamos amando y creyendo en ÉL, o si hay en nosotros un espíritu de religiosidad al cumplir con todos los rituales de la iglesia, pero nuestra fe está muerta. O tal vez el orgullo nos ha cegado y pensamos que por nuestros propios méritos lograremos las cosas.  Quizás si lo logremos, pero nunca tendremos el gozo y la paz que proviene de Dios cuando estamos siendo guiados por ÉL.    

“Porque no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio” (1 Timoteo 1:7)  Versión Biblia las Américas

Es maravilloso saber que tenemos poder para vencer cualquier circunstancia, el poder lo obtenemos con  la oración y la fe. Nos ha sido dada la capacidad de amar, y cuando hay amor somos fuertes.  Dominio propio para dominar toda tentación  que nos haga caer en las garras del temor y de la duda.

Recordemos que Jesús venció a Satanás cuando dio su vida por nosotros. Él nos libertó, por lo tanto somos libres.  La cobardía y el temor son infundadas por el diablo y no pueden tener acogida en nuestras almas.

¡Bendiciones!



Nota: Versículos tomados de La Biblia versión “Dios habla hoy”