“No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús (Filipenses 4:6.7)
“Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio” (2 Timoteo 1;7.9)
Es maravilloso todo lo que el Señor ha provisto para que tengamos una vida victoriosa. Pero lamentablemente las almas de muchos cristianos se encuentran atadas al temor, la inseguridad, la enfermedad, escases y falta de paz, porque no han entendido que el Espíritu Santo habita en nosotros, por lo tanto, si Dios está con nosotros, nadie, ni nada puede estar en contra nuestra.
“¿Qué más podemos decir? ¡Si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra nuestra! Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿Cómo no habrá de darnos también junto con su Hijo todas las cosas? (Romanos 8:31.32)
Este es un tiempo de afirmar nuestra fe, caminar en el amor de Dios, y proteger nuestros corazones de todo aquello que nos arrebate la paz. Permitamos que el dulce amor de Jesús inunde nuestros corazones, llenándonos de fe y esperanza y para mantenernos firmes y victoriosos en este momento que se encuentra la humanidad.
“Pero en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37)
¡El Señor les bendiga!