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miércoles, julio 24, 2019

La espada de doble filo



     "Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y de espíritu, hasta lo más íntimo de la persona, y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón". (Hebreos 4:12)


La espada es un arma de metal, larga y puntiaguda; algunas tienen filo solamente de un lado, y otras son de doble filo. Se utilizaban para defensa o ataque al enemigo en épocas pasadas, por lo general la herida de esta arma es mortal.

El autor del libro de los Hebreos compara la palabra de Dios con una espada de doble filo, pues así como la espada de metal corta profundamente el cuerpo, así es la palabra escrita inspirada por Dios. Cuando decidimos conocer sus mandatos y profundizar sus promesas con la asistencia  del Espíritu Santo, su palabra penetra hasta lo más profundo de nuestra alma y espíritu, y nos hace entender el sentido de la vida, nuestro propósito y el de la humanidad.

La palabra de Dios es una espada, porque está llena de poder. Todo cuanto existe fue creado por la palabra que salió de la boca de Dios, y con ella nos redarguye de pecado, pues nos revela lo bueno y lo malo ante sus ojos, y las consecuencias de la desobediencia. 

"Por eso tengan cuidado de no rechazar al que nos habla. Pues los que rechazaron a Dios cuando él les llamó la atención aquí en la tierra, no escaparon. Y mucho menos podremos escapar nosotros, si le damos la espalda al que nos llama la atención desde el cielo".(Hebreos 12:25)

Es importante diferenciar el creer en Dios, y en creerle y vivir de acuerdo a su palabra. Dios nos ama y desea que le obedezcamos, así como también nosotros amamos a nuestros hijos y deseamos que nos obedezcan para evitarles males futuros, así el Señor nos quiere evitar las consecuencias del pecado. La biblia está llena de promesas para sus hijos, aquellos que lo aman con corazón sencillo y le creen sin cuestionar, ni acomodar su palabra de acuerdo a lo que se quiere creer y desechar lo que a nuestro parecer no nos conviene.

"Si de veras obedeces al Señor tu Dios, y pones en práctica todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy, entonces el Señor te pondrá por encima de todos los pueblos de la tierra"( Deuteronomio 28:1)

Dios estableció leyes al pueblo de Israel para que vivieran de acuerdo a sus estatutos y recibieran todas las bendiciones que había prometido, pero la desobediencia los llevó a la esclavitud.
"Él Señor te enviará maldición, confusión y angustia en todo lo que hagas, y en muy poco tiempo te destruirán por completo, por haberlo abandonado con tus mala acciones" (Deuteronomio 28:20)

Estas promesas que Dios dio a Israel, también se aplica hoy para todas las naciones de la tierra, tristemente la mayoría de las naciones le han dado la espalda, desobedeciendo y adorando a otros dioses, y las consecuencias las vemos día a día. El mundo se está yendo al despeñadero, el orgullo impide ver que todo lo que somos y tenemos proviene de Dios, Él es la fuente de la sabiduría y el conocimiento, pero el hombre en su necedad niega su existencia creyéndose superior al dueño del universo y de todo cuanto existe.

Dios es un Padre misericordioso y aún nos tiene paciencia. Así como se ha cumplido su palabra a lo largo de la historia, se cumplirá hasta la última promesa que nos ha sido dada. En Jesús está nuestra victoria, Él venció al adversario, y los que lo amamos sabemos que su sangre es el precio que pagó por nuestra libertad y salvación. Satanás sabe que está vencido y por tal razón está provocando todo tipo de maldad, incitando al caos, confusión, odio, desánimo, enfermedades, y siempre está empeñado en desprestigiar a los que aman y sirven a Dios.


"El diablo se acercó entonces a Jesús para ponerlo a prueba, y le dijo: -Si de veras eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en panes. Pero Jesús le contestó: La escritura dice: -"No solo de pan vivirá el hombre, sino también de toda palabra que salga de los labios de Dios" (Mateo 4:3:4) 


Cuando entendemos el poder de la palabra, hemos logrado la autoridad que Dios nos ha delegado a través de su Hijo, y nada, ni nadie podrá contra nosotros. "Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, amor y buen juicio" (2Timoteo 1:7)  Este versículo es maravilloso!!! Pongámoslo en práctica, pero creyendo con un corazón sencillo y sincero, y veremos fluir el poder, el amor y dominio propio a través de nosotros. Jesús es la palabra encarnada para la salvación del mundo. "En el principio ya existía la palabra; y aquel que es la palabra estaba con Dios y era Dios (Juan 1:1)

Dios envió a su Hijo porque quiere que tengamos vida eterna juntamente con Él, pero también nos puso en este mundo maravilloso, sin embargo Satanás ha tomado el control y ha establecido su reino para quienes le siguen, pero el Padre le ha concedido a su Hijo todo el poder, el honor y la gloria. Jesús dio su vida por nosotros, pero resucitó y está sentado en su trono a la derecha del Padre  esperando por los suyos, y mientras estemos en este planeta, debemos disfrutar de todas las promesas que nos han sido concedidas, y así poder establecer su reino de amor, fe, gozo y paz.

Jesús no nos dejó solos, nos dejó su Santo Espíritu. Su Espíritu nos revela la palabra, pero lo contristamos cuando vamos en contra de su voluntad. Él sabe lo que nos conviene, y nos asiste cuando le damos el primer lugar en nuestras vidas, en Él está el poder que Jesús dijo que nos había dado y da entendimiento a nuestro espíritu, para comprender lo que nuestro intelecto no puede. Así que aprendamos a usar la espada de doble filo que es la palabra de Dios para derrotar al enemigo que se nos presenta en toda circunstancia y en toda forma.
  



¡Dios les bendiga!









Nota: Versículos tomados de la versión  "Dios habla hoy"