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sábado, diciembre 24, 2016

¡Nos ha nacido un salvador!


“Cerca de Belén había unos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando sus ovejas. De pronto se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor brilló alrededor de ellos y tuvieron mucho miedo. Pero el ángel les dijo: “No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de alegría para todos. Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías del Señor” (Lucas 8:11).

Todos los cristianos sabemos que hace un poco de más de dos mil años nació Jesús de manera milagrosa, en Israel.  Dios escogió a María, una mujer llena de gracia, que lo amaba con amor sublime. Su humildad y obediencia la hizo  merecedora  del privilegio más grande que cualquier  ser humano pueda tener. Fue escogida para que su Hijo, a través del Espíritu Santo, se encarnara en ella, y de esa manera Jesús viniera en condición humana a  vencer  el pecado y darnos vida, vida en abundancia.

El amor y la misericordia de Dios hicieron que enviara a su Hijo a salvar al mundo y a cada uno de nosotros, pues por causa del pecado seríamos destituidos de su gloria. “Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su único Hijo, para que todo el que cree en Él no muera sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo”  (Juan 3:16.17).

Es maravilloso saber que somos amados a tal punto que Jesús nació, murió  y resucitó, para que un día estemos ante la presencia del Padre,  disfrutando de aquello que nuestras mentes finitas no pueden imaginar, pero nuestra fe nos mantiene firmes esperando las bendiciones que nuestro Dios tiene reservadas para sus hijos, tanto aquí en la Tierra, como en nuestra vida futura con Él.

Hoy, una vez más el mundo entero celebra la Navidad, para muchos una fiesta más, sin siquiera haber escuchado de nuestro Señor y Salvador. No tienen  idea que hay un Dios amoroso que desea que lo conozcan, y que  lo amen para darles libertad y bendecirlos. Muchos otros si han escuchado de Jesús, pero simplemente lo ven como un un pretexto para celebrar.  Los cristianos, también nos hemos acomodado a lo que el mundo nos dicta, celebramos la navidad como una fiesta en la cual se hacen regalos, se adornan nuestras casas con lindas decoraciones y exquisitas  comidas, pero los corazones se encuentran lejos de Dios. Debemos celebrar el maravilloso  y grandioso regalo que Dios nos ha dado al enviar a su Hijo para nuestra salvacion.

¿Pero qué es lo que Dios realmente espera de sus hijos? El rey David nos lo muestra en el Salmo 51: 16.17: “Pues tú no quieres ofrendas ni holocaustos, yo te los daría, pero no es lo que te agrada. Las ofrendas a Dios son un espíritu dolido; ¡Tú no desprecias, oh Dios, un corazón hecho pedazos!” Esa es la actitud correcta de un hijo de Dios, un corazón totalmente rendido.  El Padre nos acoge con amor cada vez que vamos a Él, reconociendo nuestros pecados y debilidades. Es cuando viene un verdadero renacer, y Jesús viene a morar en nuestros corazones. “Así hemos llegado a creer que Dios nos ama. Dios es amor, y el que vive en el amor, vive en Dios y Dios en Él” (1 Juan 4:16).

Jesús les dio un mandamiento a los apóstoles: “Les doy este mandamiento nuevo. Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros” (Juan 13.34). El primer mandamiento que Dios nos ha dado, es amarle a Él sobre todas las cosas. Si lo amamos con un corazón sincero, seremos fuente de amor para otros como nos lo manda nuestro Señor. . En este tiempo  difícil e  incierto que estamos viviendo, solo a través   de Jesús podemos tener la verdad que nos conduce a la verdadera vida.

Que esta navidad sea para reflexionar, y no demostrar nuestro amor solamente en esta ocasión.  Los regalos y la comida pasan, pero la vida continúa y es en  ella donde debemos demostrar nuestro amor sincero a Dios y a nuestro prójimo.

¡¡Les deseo una linda Navidad!! 



Nota: Versículos tomados de La Biblia versión “Dios habla hoy