"El año en
que murió el rey Uzías, vi al Señor sentado en un trono muy alto; el borde de
su manto llenaba el templo. Unos seres como de fuego estaban por encima de Él.
Cada uno tenía 6 alas. Con dos alas se cubrían la cara, con otras dos se cubrían
la parte inferior del cuerpo y con la otras dos volaban, y se decían el uno al otro:
“Santo, Santo, Santo es el Señor Todopoderoso, toda la tierra está llena de su
gloria" (Isaías 6:3)
El Señor, Dios
Todopoderoso se le presentó a Isaías cuando fue llamado como mensajero para el
pueblo de Israel. Mas adelante Isaías habla del temor a morir a causa de su
impureza al estar ante la Santidad del Rey de reyes. Un ángel purificó su boca
con una brasa que sostenía con una tenaza, para poder cumplir con su
llamamiento.
Dios es Santo, y nada contaminado e impuro puede entrar ante su presencia, por lo tanto, siendo nosotros de naturaleza pecaminosa, no podemos llegar por si solos ante Él.
Es
necesario arrepentirnos de nuestra inmundicia, y entender que Jesús, su Hijo
amado, vino a este mundo para redimirnos al derramar su preciosa Sangre, para
purificarnos y tener acceso al Padre por medio de
Ante la Santidad de Dios, toda rodilla se doblará. No podemos entrar ante su presencia y dirigirnos a Él de cualquier manera, primero debemos reconocer nuestros pecados, pedir perdón por ellos, y con humildad dirigirnos en adoración, con la certeza que hemos sido libres por el sacrificio que Jesús hizo en la cruz al pagar el precio por nosotros.
No se puede
pretender manipular a Dios con oraciones egocéntricas, altaneras, enfocadas en
lo que nosotros creemos que es justo o que merecemos, sino con nuestra fe
firme, debemos anhelar y pedirle que a través de su Santo Espíritu nos dirija
hacia su verdadero propósito, donde Él sea glorificado y exaltado.
"Pero Dios
es tan misericordioso y nos amó tanto, que nos dio vida juntamente con Cristo
cuando todavía estábamos muertos a causa de nuestros pecados. Por la bondad de
Dios han recibido ustedes la salvación” (Efesios 2:4:5)
Dios es la fuente viva del amor, es la esencia pura. Es maravilloso saber que nos ama tanto, y que aún cuando no merecíamos su amor a causa de la rebeldía e infidelidad, envió a su amado Hijo para rescatar a la humanidad. Ha sido muy paciente al esperar que nos volvamos a Él, pues al rebelarnos, la única opción que nos quedaba era el infierno, la separación total de su presencia, la muerte eterna.
" Pues Dios amó al mundo, que dió a su Hijo único, para que todo aquel que cree en el no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo" (Juan 3:16.17)
Es maravilloso su amor, es tan grande y perfecto, que envió a Jesús a dar su vida por nosotros. Jesús nos ama con ternura, siendo cien por ciento Dios, vino al mundo siendo cien por ciento hombre, con todo lo que el ser humano puede sentir, soportó todo el dolor de la crucifixión por amor. El amor es libertad, cuando se ama no se exige, ni se obliga. no obliga a nadie a que lo ame, es una decisión muy personal, nos da la libertad de escoger entre el bien y el mal. Pero como toda causa tiene su efecto, sabemos muy bien cuales son las consecuencias de escoger el mal y al que lo produce. Cada quien decide si acepta a Jesús como su Señor y Salvador y obedece sus mandatos, que son los que nos llevan a la vida eterna, y disfrutar de las bendiciones que nos tiene en esta vida. "El Señor es tierno y compasivo, es paciente y todo amor, el Señor es bueno para con todos, y con ternura cuida sus obras" (Salmo 145: 8.9)
"El Señor
es justo en sus caminos, bondadoso en sus acciones. El Señor está cerca de los
que le invocan, de los que le invocan con sinceridad" (Salmo 145:17:18)
Dios es justo, y su justicia es para siempre. Él sabe quién lo ama y lo busca con sinceridad, su justicia es para los que los buscan y le creen con un corazón humilde, sin embargo, al malvado lo deja caer en su propia maldad. Protege a sus hijos de la injusticia, aunque muchas veces deja actuar al enemigo en nuestras vidas, para corregirnos, enseñarnos o prepararnos para sus propósitos, pero al final nos da la victoria. La justicia de Dios es perfecta. "¡Levántate, Señor, con furor! ¡Haz frente a la justicia de mis enemigos! Tú, que has decretado hacer justicia, ¡Ponte de mi parte! (Salmo 7:6) Así como el rey David clamo la justicia de Dios, también nosotros podemos pedirla.
"Además
queridos hermanos, no olviden que para el Señor un día es como mil años, y mil años
como un día" (Pedro 3:8)
Dios es eterno, es
el dueño de tiempo y el espacio. "Desde que se formaran los montes y que
existiera la tierra y el mundo, desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos
postreros, tu eres Dios" (Salmo 90:2) Nuestra mente finita no lo puede
entender, pero Dios no tiene principio, ni fin, ha existido y existirá por siempre.
En su palabra esta revelada la creación y el fin de este mundo, El conoce el
pasado, el presente y el futuro, y la vida continua en la eternidad, sigue
y seguirá siendo YO SOY EL QUE SOY. "Pero Moisés le respondió: El
problema es que si yo voy y les digo a los israelitas: El Dios de sus
antepasados me ha enviado a ustedes, ellos me van a preguntar: ¿Como se llama?
¿Y entonces que les voy a decir? Y Dios le contesto: YO SOY EL QUE SOY. Y dirás
a los Israelitas: YO SOY me ha enviado a ustedes" (Éxodo 3:13.14)
"Yo soy el
Señor, No he cambiado. Y por eso ustedes descendientes de Jacob, no han sido
aniquilados" (Malaquías 3:6)
Dios es inmutable,
El no cambia. Es el mismo ayer, hoy y siempre, es fiel a si mismo y no altera
sus principios, promesas y acciones. “Pues lo que Dios da, no lo quita, ni
retira tampoco su llamamiento" (Romanos11:28) Mientras nosotros
cambiamos constantemente nuestra manera de pensar y de actuar, traicionándonos
a nosotros mismos y a los demás al no actuar conforme a los principios y a los
valores establecidos, y somos fluctuantes al dejarnos influenciar por las
corrientes del mundo, nuestras emociones o las preocupaciones de la vida, Dios
se mantiene firme en sus decretos que son los que rigen todo cuanto existe.
“Todo lo bueno y perfecto que se nos da viene de arriba, de Dios, que creo los
astros del cielo. Dios es siempre el mismo: En el no hay cambios que produzca
sombras. (Santiago 1:17)
"Para los
hombres es imposible, pero para Dios todo es posible" (Mateo 19:26)
Dios es Omnipotente,
Dios todo lo puede, no necesita de nadie para hacer algo. Su poder es
ilimitado, no hay nada que Él no pueda hacer. Él es creador y el dueño de todo
cuanto existe. Lo que para nosotros es imposible, para El todo es posible. Él
se complace en que acudamos a Él cuándo humanamente no encontramos solución a
nuestros problemas, con la fe firme y humildad de corazón, siempre tendremos la
respuesta correcta. "Oí como las voces de mucha gente, como el
sonido de una cascada y de fuertes truenos. Decían: ¡Alabado sea el Señor!
Porque ha comenzado a gobernar el Señor, nuestro Dios Todopoderoso"
"Pues si
nuestro corazón nos acusa de algo, Dios es más grande que nuestro corazón, y lo
sabe todo" (1 Juan 3:20)
Dios es omnisciente, todo lo sabe. Nada es oculto ante Él, conoce hasta lo más profundo de nuestros pensamientos y sentimientos. Nos conoce desde el vientre de nuestra madre, hasta el día de hoy. Sabe todo lo bueno y lo malo de nuestras acciones, sabe cuando somos sinceros o hipócritas, conoce nuestras obras en público como en privado, no hay ningún detalle que se le escape. En su omnisciencia el desea guiarnos, sanar nuestra alma, consolarnos, fortalecernos en su amor, siempre y cuando se lo permitamos. "Señor, tú me has examinado y me conoces; tu conoces todas mis acciones; aún lejos te das cuenta de lo que pienso. Sabes todas mis andanzas, ¡Sabes todo lo que hago! Aún no tengo palabra en la lengua, y tu Señor ya la conoces" (Salmo 139:1.4)
"¿Quién podrá
esconderse de mi vista? Con mi presencia lleno el cielo y la tierra. Yo, el Señor
lo afirmo. (Jeremías 23:24)
Dios Omnipresente, Él está en todo lugar y trata la individualidad de cada ser humano. Está en cada nación, y en todo lugar que se invoque su Santo nombre. La omnipresencia es un atributo exclusivo de Dios, así como los demás atributos. Satanás que es un imitador y trata de copiar a Dios en todo, nunca podrá lograrlo porque no es omnipresente, omnipotente, omnisciente, ni santo, ni eterno, y no puede amar, solo puede sembrar odio y discordia. Habita en cada persona que ha abierto su corazón, para guiar hacia su propósito, así mismo observa a los que aún no lo conocen, esperando que rindan sus corazones. También vigila a los malos, los cuales serán juzgados sino se arrepienten. "El Señor está en todo lugar, vigilando a los buenos y a los malos" (Proverbios 15.3)
"Por lo tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, a Él sea el honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
¡El Señor les
bendiga!
Versión Dios habla hoy